No soy yo quien te vaya ha juzgar. No tengo ese derecho. Solo puedo hacerlo por el tiempo que nos hemos conocido. Y ha sido corto. Pero he de reconocer que en este poco tiempo has tocado mi coranzocito.
Me quedo con unos cuantos recuerdos tuyos en tus últimos días de vida. Pero quizás lo que mas se me ha quedado grabado, ha sido el echo de que, tumbada en la cama de la habitación, verte con un pequeño hilo de vida y seguías respirando como si nos dijeses "Por cojones no me muero todavía". Pero sola. No se si porque no había familiar que te agarrara la mano y te diera paz o quizás porque tiempo atrás los echaste de tu lado. Te lo he dicho antes no soy yo quien te juzgue.

Pero desde aquí, en este humilde blog, quiero hacerte a ti y a todas estas personas que tumbadas en su cama, están dándose cuenta que se les va la vida. Porque nadie merece dar su ultimo suspiro en soledad. Vaya por vosotr@s un recuerdo en nuestras memorias. Descanséis en paz.